El equinoccio de otoño es uno de los ocho
Sabbats de la Brujería. Ocurre alrededor del 21 de marzo en el hemisferio Sur. Es el momento de la cosecha final, cuando la tierra se asienta para los próximos meses de invierno.
Muchas brujas incorporan aspectos de los Misterios de Eleusis en sus celebraciones.
Por ejemplo en la Wicca gardneriana existe el mito de la Diosa que va al Inframundo en este caso para "resolver todos los misterios" incluso el misterio de la muerte".
En la Seax-Wica existe el mito de Freya descendiendo en busca de su collar, Brísingamen,
robado por Loki, el cual representa la fertilidad o el espíritu de la vegetación. Todas estas variaciones se relacionan con la llegada del letargo de la tierra durante los meses de invierno, a la espera del retorno de la vida en primavera.
Este es el tema central del Equinoccio de Otoño Wiccano.
El mito de la Diosa de la tradición Seax-Wica:
“Todos los días Freya, la más encantadora de las diosas, jugaba y correteaba por los campos. Luego se iba a descansar. Y mientras ella dormía profundamente, Loki, el travieso, el cizañero de los dioses, espiaba la luz trémula del Brísingamen, su constante compañía.
Silencioso como la noche, Loki fue hasta al pie de la diosa y removió el círculo de plata de su blanco cuello. Enseguida Freya se despertó al sentir la pérdida. Aunque corría a la velocidad de los vientos, ella lo vio cuando pasó rapidamente [de su vista a través del tumulo que conduce al Drëun].
La oscuridad descendió hasta ella para ocultar sus lágrimas. Su angustia era grande. Todas las criaturas, toda la luz y toda la vida se unieron en su pena. Se enviaron personas para que buscaran en todos los rincones a Loki. Aunque ellos sabían que no lo encontrarían. Porque ¿quién puede descender a Drëun y regresar de nuevo de allí? Excepto los dioses mismos y el travieso Loki.
Es por eso que después de sobreponerse al dolor, Freya decidió ir ella misma y descender en busca de Brísingamen. En los portales de Dreun, ella fue desafiada pero pudo pasar.
La multitud de almas que había adentro, lloraba de alegría al ver que ella no tuvo miedo de buscar la luz que le habían robado. El infame Loki no dejó rastro. Todos los que hablaron con Freya le dijeron que él no cargaba joyas a donde iba. ¿Entonces dónde estaba escondido? Le preguntó desesperada a un anciano. Hearhden (Heimdall), el poderoso forjador de los dioses, interrumpió su descanso al sentir los lamentos de las almas, debido a la pena de Freya. Corriendo desde su herrería, para encontrar la causa de los lamentos, se dio cuenta del lugar donde Loki había dejado el círculo de plata: sobre una roca al pie de su puerta. Entonces todo se aclaró. Cuando Hearhden cogió el Brísingamen, Loki se apareció ante él, con una rabia salvaje, pero no lo atacó porque la fortaleza de este poderoso forjador, se conocía aun más allá de Drëun. Con trucos y engaños intentó ponerle las mano encima al círculo de plata, el cual cambió deforma; intentaba por un lado y por otro; se hacía visible e invisible. Aún así no pudo persuadir al forjador. Cansado de tanta pelea, Hearhden levantó su poderoso mazo y expulsó a Loki.
Fue grande la alegría de Freya cuando Hearhden colocó de nuevo el Brosingamene en su cuello delicado; grandes fueron los gritos de alegría que se sintieron en Drëun; grandes fueron los agradecimientos que Freya, y todos los hombres, le dieron a los dioses por regresarles el Brísingamen”.
Buckland's Book of Saxon Witchcraft - Raymond Buckland
Imagen: Loki tomando collar de Freya - Buckland's Complete Book of Witchcraft
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